En los momentos en los que el combustible sube de manera tan rápida como en los últimos días, los conductores tienden a utilizar todas las armas a disposición para tratar de reducir, sea de la manera que sea, el consumo de combustible del coche. Esto implica aplicar trucos y consejos que, muchas veces, no tienen ningún fundamento detrás.
Una de las recomendaciones que siguen muchos conductores es apurar el depósito de gasolina hasta que quede casi vacío, con el pensamiento de que así acaban ahorrar unos céntimos en consumo. Este gesto suele ir acompañado de paradas en la gasolinera muy frecuentes y cortas, ya que los conductores suelen repostar en pequeñas cantidades de combustible con la creencia de que así se reduce el consumo del coche.
No es así. Además de no estar ahorrando, es posible que incluso se empeoren las cifras de gasto de carburante o que se estropee la mecánica del motor. La lógica básica detrás de esta afirmación es que cuánto más vacío esté el depósito de combustible de un coche, más fácil se evaporará lo que quedé de este y, por tanto, antes se agotará.
Así lo explican los concesionarios que afirman que lo mejor es llevar el depósito siempre al máximo de combustible y no esperar nunca a que salte la luz de la reserva. Además, repostar en pequeñas cantidades y ‘jugar’ con el combustible para tratar de ahorrar puede provocar que el contador del depósito no llegue a actualizarse y la luz de reserva se quede encendida, lo que puede afectar a la mecánica del coche.
Una justificación que usan muchos conductores para circular con sus depósitos casi en reserva es alegar que al llevar el tanque lleno, el coche pesa más y por lo tanto consume más. Es cierto que uno de los consejos para reducir el consumo de combustible es llevar el maletero vacío, pero los pocos gramos de más en el consumo de gasolina que suponen llevar el tanque lleno son casi imperceptibles.